¿No quieres babosas? Cómo elegir alto

Al observar el peso, la textura y la composición de la tela, puede saber mucho sobre la calidad y el impacto ambiental de una prenda o textil para el hogar.

Cuando miro una prenda, lo primero que hago es frotar el material entre mis dedos para ver cómo se siente. Luego reviso la etiqueta de cuidado para averiguar de qué está hecha la tela.

Hago esto porque puedo decir cómo una prenda hecha de fibras naturales como el algodón, el lino, la lana o la seda respirará o proporcionará calor, en función de la composición de las fibras, el peso de la tela y la densidad del punto o tejido. .

Lo que es más difícil de saber es cuán sostenibles son los materiales. Para comprender verdaderamente el impacto ambiental de los textiles, debe saber qué está sucediendo en el paisaje donde se cultivó el material. Esto requiere una transparencia y trazabilidad más avanzadas que las que ofrecen la mayoría de los diseñadores (aunque a principios de este año FibreTrace ofreció a las marcas acceso gratuito a su plataforma).

Si bien esos detalles requieren una inmersión más profunda, al menos puede comenzar a descifrar la sostenibilidad y la calidad de las fibras naturales al examinar la textura y la etiqueta. Aquí, exploramos cómo empezar. Veremos los materiales hechos por el hombre en una segunda entrega.

El algodón es la segunda fibra más común en el mundo, después del poliéster. En nuestra vida cotidiana, a menudo estamos en contacto con algo que está hecho de algodón (pijamas en la cama, toallas después de la ducha, paños de cocina al secar los platos, y cuando se usa una camiseta o jeans).

Al determinar la calidad del algodón, la Dra. Georgia McCorkill, profesora de moda de RMIT, sugiere buscar una tela que sea suave y tersa: "El algodón de buena calidad tiene fibras más largas que una calidad más barata". Las fibras más largas crean una superficie lisa sin que sobresalgan "fibras peludas sueltas", dice. Otro indicador de calidad es el peso y la opacidad: los materiales de mayor calidad suelen utilizar más fibra, por lo que tienden a ser más pesados ​​y gruesos.

Si la sustentabilidad es su principal preocupación, su atención debe centrarse en dónde y cómo se cultivó el algodón. Busque algodón que se pueda rastrear hasta la granja y verifique las certificaciones ambientales.

Caroline Pointer, fundadora de la marca de moda ética Cloth & Co, dice que el algodón cultivado de forma convencional tiene una variedad de impactos negativos: reducción de la biodiversidad, alto consumo de agua y fertilizantes y pesticidas químicos dañinos. En su lugar, opte por algodón orgánico o reciclado. En general, dice, el algodón orgánico es más fácil de identificar (está ahí mismo en la etiqueta), pero el algodón reciclado es una alternativa más sostenible, siempre que no se mezcle con poliéster.

Su algodón preferido es el regenerativo, pero no está fácilmente disponible en el mercado. "Con suerte, en un futuro no muy lejano veremos más certificaciones de agricultura regenerativa que apoyen a las granjas y organizaciones a hacer la transición a técnicas agrícolas holísticas que aumentan la materia orgánica del suelo, fomentan la biodiversidad y secuestran CO2", dice.

"La lana a menudo se considera una de las fibras más respetuosas con el medio ambiente, sin embargo, hay impactos ambientales en todo el proceso de producción, desde el pastoreo de ovejas hasta el lavado, el hilado, el teñido y el acabado", dice McCorkill.

Según Woolmark, el 90% de la lana de prendas finas del mundo se cultiva en Australia. Al igual que con el algodón, los beneficios e impactos ambientales varían mucho entre granjas dependiendo de las técnicas que se utilicen, por lo que la trazabilidad y las certificaciones son importantes para comprender exactamente qué impacto ha tenido la lana en el paisaje y en las ovejas.

Pointer sugiere apoyar a las marcas que abogan por la lana sin mules y los agricultores que llevan a cabo prácticas agrícolas regenerativas para mejorar la salud ambiental, la biodiversidad, el secuestro de carbono y la calidad del agua. Ella dice: "Existen certificaciones para la lana que facilitan la identificación de estas consideraciones. La ZQ Merino de Nueva Zelanda es relativamente nueva y se centra en la calidad, la sostenibilidad y la ética de la lana merino, desde la granja hasta la prenda terminada".

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Cuando evalúe la calidad, asegúrese de que las prendas de punto de lana estén hechas 100 % de lana y no de una mezcla sintética. McCorkill dice que mezcla más las pastillas, especialmente si son predominantemente acrílicas.

Otro indicador de calidad es la longitud y el grosor de la fibra: la lana de alta calidad está hecha de vellones extremadamente finos. "Si la lana se siente suave y no tiene demasiadas fibras cortas y esponjosas en la superficie, esta es una buena indicación de la longevidad de la prenda", dice Pointer.

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Tanto el lino como el cáñamo son fibras de líber, lo que significa que las hebras sedosas provienen del interior del tallo leñoso de sus respectivas plantas. Los procesos de cultivo del lino y el cáñamo son los más cuidadosos con el paisaje de todas las fibras naturales, incluso cuando se cultivan con métodos convencionales.

"El lino [lino] y el cáñamo se consideran fibras ecológicas y sostenibles a nivel del suelo", dice Pointer. Si bien aún es preferible comprar cáñamo y lino orgánicos certificados, dice que requieren menos pesticidas y fertilizantes (si los hay), y tienen menores requisitos de agua porque son esencialmente de secano.

Aunque el cáñamo constituye una pequeña fracción del mercado mundial de fibras, Pointer dice que es una fibra extraordinaria. Mientras crece, el cáñamo captura una cantidad extraordinaria de carbono. "Según la Asociación Europea de Cáñamo Industrial, en realidad es carbono negativo", dice ella. También tiene una raíz pivotante profunda que extrae las toxinas del suelo, lo que lo hace muy efectivo para mejorar la salud del suelo.

Cuando se evalúa la calidad del lino y el cáñamo, como ocurre con el algodón, se trata de la longitud y la resistencia de las fibras. "Si la tela es áspera o áspera al tacto o tiene irregularidades en la textura, es probable que esté hecha de fibras más cortas y generalmente se considera... de menor calidad".

Dicho esto, algunos textiles se tejen deliberadamente para que queden "flojos", lo que le da a la prenda una textura más áspera, peluda o ligeramente ondulada.

La sericultura, la práctica de criar gusanos de seda y recolectar capullos para el hilo para hacer seda, existe desde hace siglos. "La producción de seda tiene un impacto relativamente bajo y puede proporcionar buenas fuentes de ingresos junto con otras industrias", dice McCorkill.

Aun así, Pointer sugiere buscar seda con certificación orgánica o con certificación Oeko-Tex, lo que significa que el cultivo de moreras y el procesamiento de la seda están libres de productos químicos.

En la fabricación tradicional de seda, los capullos se hierven, lo que mata al gusano para evitar que se salga del capullo y acorte la fibra. Entonces, "desde una perspectiva vegana o de crueldad animal, matar cada polilla de seda en su capullo para preservar la integridad del largo filamento que le da brillo a la seda es problemático", dice McCorkill.

Una alternativa es la seda salvaje o de la paz, donde las polillas pueden salir. "La seda silvestre y la seda eri de Assam son una opción más sostenible tanto para el medio ambiente como para las comunidades indígenas que han dependido de los ingresos de la producción de seda durante generaciones", dice Poiner. "Sin embargo, tiene una calidad muy diferente", dice, porque la fibra es más corta que la seda convencional de un solo filamento, que generalmente es apreciada por ser suave y, bueno, sedosa.